Ante un circo lleno de música, de colores, de olores, texturas y todo aquello que exalta los sentidos probablemente uno se pierda de los pequeños detalles que saltan a la vista ante la menor provocación y que viéndolos detenidamente podrían tratarse de los mejores recuerdos y/o experiencias, como por ejemplo la brillantina que usa el mago para darle color a su acto, el delineado de ojo de Sirene, Jélica o Ágata o ese compás que hace esa música distinta a todas las demás. Tal vez por cuestiones de tiempo, atención o no se que más no las vemos, pero afortunadamente ya hay alguien que las vio y nos dice que nos detengamos para observarlas.